Dios nos da y también permite situaciones abrumadoras, pero con propósitos específicos y de esta manera nos hace hijos dependientes totalmente de Él. “Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; 2 Corintios1:8-9.
De esta manera el poder de DIOS se perfecciona en mi debilidad. Mira lo que dice en “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. 2 Corintios 12 :9-10
«Amados hermanos, no nos sorprendamos del fuego de la prueba que nos ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña nos sobreviniese sino gocémonos por cuanto somos participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria nos gocemos con gran alegría».
La prueba nos fortalece y nos hace fuertes ante las situaciones adversas.
Tenemos diferentes clases de pruebas:
1. Hay pruebas que vienen de nuestros propios errores.
2. Pruebas que suceden porque este es un mundo caído, con personas caídas.
3. La prueba en la cual Dios se magnifica en nuestra debilidad.
Muchas veces nos encontramos ante situaciones abrumadoras que nos hacen querer decir » Me rindo». El problema está en que la situación se siente mucho más allá de nuestras fuerzas y lo que creemos que podemos soportar. Tal como lo dice “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”. 1Corintios 10: 13
En Apocalipsis 3:10 nos alienta: «Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, Yo también te guardaré de la hora de la PRUEBA que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que miran sobre la tierra”
Y para concluir con esta linda promesa “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. 13 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Apocalipsis 3:12-13