Cinco actitudes de mujeres en la Biblia que todo cristiano debería imitar.
1 – La humildad de María, madre del Señor Jesús.
María fue elegida entre diversas muchachas para ser la madre del Salvador. Tal vez eso pudiera haber llevado a su corazón cierto orgullo, cierta altivez. Ella, sin embargo, dijo algo que todos necesitamos decir diariamente a Dios: «Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada…» (Lc 1, 46-48). La humildad de María, al ponerse en las manos de Dios y cooperar con el Señor en su gran misión, es algo realmente fascinante, que todo creyente debería imitar.
2 – La perseverancia en la oración de Ana.
Ana era estéril, algo considerado como una especie de maldición en su época. Era despreciada por la otra esposa del marido y cargaba una gran tristeza en su corazón a causa de todo eso (1 S 1,6). Pero no desistió de su objetivo de tener un hijo y no se entregó a la murmuración, por el contrario, fue perseverante en la oración y pudo decir: » Concibió Ana y llegado el tiempo dio a luz un niño a quien llamó Samuel, porque, dijo, se lo he pedido a Yahveh» (1 S 1,20).
3 – La valentía de María Magdalena para superar el pasado.
No tenemos muchos detalles del pasado de esa mujer, sin embargo, ciertamente no fue un pasado que agradara a Dios. Ella, no obstante, tuvo el valor de superar su pasado negro y ser una gran sierva del Señor Jesús. Ella es mencionada siempre en compañía de los discípulos, y fue la primera en saber y creer en la resurrección de Jesucristo (Mt 28,1). Fue una mujer que mostró una superación inigualable, un verdadero retrato de transformación que Dios opera en la vida de las personas.
4 – La sabiduría de Miriam para superar las crisis.
El faraón había determinado que cada egipcio tenía que matar a los niños que nacieran de judías (Ex 1,22). Esa orden puso en riesgo la vida de Moisés, que aún era bebé. Pero la estrategia de la madre de Moisés y Miriam, su hermana, le salvó la vida. No fue fácil. Miriam mostró una sabiduría grandiosa al seguir al niño que fue colocado en una cesta en el río, convenciendo a la hija del faraón de entregar al niño a su propia madre, para que cuidara de él durante algún tiempo (Ex 2,7). Ella salvó la vida de Moisés con su forma sabia de lidiar con las situaciones adversas.
5 – El temor de Dios de Raab (La prostituta de Jericó que se convirtió a Jehová).
Raabe es mencionada en la Biblia como prostituta. La Biblia no esconde lo que era ella. Pero tampoco esconde el cambio que estaba ocurriendo en su corazón. En el diálogo que tuvo con los espías de Israel, que ella escondió en su casa con el objetivo de protegerlos, ella nos muestra un grandioso temor de Dios: «Al oírlo, ha desfallecido nuestro corazón y no se encuentra ya nadie con aliento en vuestra presencia, porque Yahveh vuestro Dios, es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.» (Jos 2,11). Una gran confesión de temor al Señor. Considerando que Raabe vivía en medio de un pueblo pagano, la declaración de ella muestra cuán grande fue su temor.