Temor, ansiedad, depresión ¿Cómo hacerle frente?

Estamos pasando por situaciones en que estamos aprendiendo a superar los límites: conocernos a nosotros mismos y ver que en momentos difíciles debemos sacar a relucir nuestra valentía.

Debemos pensar entonces en dónde gasto mis energías, en dónde fijo mi atención. ¿En mi pasado? O mirar al futuro y ver la forma en que se presenta… ¡Ciertamente no muy prometedora!

¿O, como cristiano, concentrar toda mi confianza, todos mis pensamientos en Dios y en su gran amor y misericordia, en todo lo que Él promete y cifrar toda nuestra confianza y pensamientos en Él mirando a Dios y su carácter?

A la respuesta a las preguntas debemos creer en lo que Él dice, mirar todo lo que hizo en el pasado y llenarme de fe para el futuro es lo que tú y yo debemos hacer.

La raza humana está llena de temor y ansiedad, en la caída del ser humano lo primero que entró fue el temor. Esto lo dice en Génesis 3:10-11

Elías tuvo temor, como nosotros, aún después de la Gloriosa manifestación de Dios sobre su vida ante los profetas de Baal, puedes leer detenidamente en 1Reyes 19:3-13.

Tenemos un gran respaldo en sus promesas. La Biblia está llena de versículos contra el temor y sabemos que la palabra de Dios es poderosa para sacar toda ansiedad, miedo o temor de nuestras vidas.

Mira estos pasajes y aprópiate en ellos:

Isaías 26:3: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado- “

Nahum 1:7:” Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.”

Hebreos 2:15: “y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.”

Isaías 41:10: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”.

Tantas promesas y tantos versículos donde apoyarnos en nuestros momentos de debilidad. El temor nos arrastra a la incredulidad y minimiza nuestra fe. Y sin fe es imposible agradar a Dios.

Que el temor no nos domine porque Dios no nos ha dado espíritu de temor sino de poder, amor y dominio propio.  Lee en 2 Timoteo 1:7

Además, si tememos no hemos sido perfeccionados en su amor porque el perfecto amor de Dios hecha fuera todo temor. 1Juan 4:18.