La importancia de orar por nuestros hijos.

«Levántate, da voces en la noche, al comenzar las vigilias; Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; Alza tus manos a Él implorando la vida de tus pequeñitos…» Lamentaciones 2:19 (RVR1960)

¿Quién intercederá por nuestros hijos y jóvenes de nuestras iglesias? ¿Quién disipará las tinieblas de esta generación con sus fervientes y persistentes oraciones? No hace falta describir la oscuridad de esta época. Los niños y jóvenes se están perdiendo en una cantidad diversa y casi infinita de distracciones: información por internet irresponsable sumergiéndolos en fantasías que los hacen cada vez más aislados de sus hogares, padres cada vez más ausentes y desinteresados por la crianza que pareciera que tienen solo metas individuales y no familiares, drogas a domicilio que llegan donde se quiera con tan solo un mensaje por celular, hipersexualización en todos los ámbitos artísticos, musicales y culturales casi imposible de evitar en todas las publicidades. Y qué decir de los colegios y universidades que tampoco garantizan un ambiente seguro o ejemplar.

Nuestros niños y jóvenes se enfrentan a diario con peligros emocionales, espirituales y físicos. Aunque hay padres y líderes espirituales responsables que velan y cuidan con amor a sus pequeños, es innegable que hay decisiones que ellos toman y situaciones que no podemos controlar. Y es allí donde la protección de Señor los guarda de los peligros ocultos. El Señor nos ha dado un arma poderosa pero subutilizada por los creyentes que es la ORACIÓN.

Debemos hacer de ella un hábito, afianzándonos cada vez más en la Palabra de DIOS en Jeremías 33: 3 «Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces» y 1 Tesalonicenses 5:17 «Orad sin cesar» (RVR1960). ¿Has tenido el gozo de una oración contestada? Haz de esa oración contestada un acto de vida y poder, deja que sea tu motivación para continuar cada día en la presencia de DIOS intercediendo con poder por tus hijos y esta generación de jóvenes.

Para que activemos esta poderosa arma, quisiera regalarte unos consejos para crear un hábito de oración:

1)Determina un horario diario para hacer tu intercesión.
2)Cuando ores, deja un espacio para que el Señor te hable, Él lo hará a través de la Biblia y lo confirmará cuando seas más sensible a su voz.
3)Lleva un diario que te permita escribir el motivo de oración y el pasaje Bíblico que DIOS puso en tu corazón para orar.
4)Cuando el Señor conteste la oración no olvides ser agradecido y cuéntale a otra persona lo que ha sucedido, esto aumentará la fe de tus hermanos.
5)Recuerda que DIOS nunca deja de contestar una oración, los aparentes silencios de DIOS hacen parte de un proceso de crecimiento o para reenfocarnos en una nueva intercesión.

Si no estamos orando por nuestros hijos y jóvenes, ¿Quién lo hará?

Que el Señor te bendiga grandemente.