Padres, ¿qué ha pasado con la herencia que Dios nos dio?

«He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre». (Salmos 127:3)

En estos tiempos modernos, se han notado varias dificultades en la crianza de los hijos. Por un lado los padres están ocupados en su propio mundo, con una cantidad de actividades como el trabajo, el entretenimiento, reuniones de amigos, viajes y otros. Este tipo de padres han entregado la responsabilidad de guiar y formar a sus hijos al colegio, o a otra persona que los cuida en casa. Sin darse cuenta, han permitido que la crianza principal sea efectuada por la televisión, el Internet, las redes sociales y en general por un entorno consumista que los impulsa a una vida sin normas y sin límites.

Por otra parte, están los padres sobreprotectores, los que ven a sus hijos como propiedad privada. Estos niños crecen con los temores infundidos por sus padres y se desarrollan en un entorno de control excesivo que pasa por alto la necesidad de enseñarles a «volar solos». ¿Cómo afrontaran los retos de la vida si alguien resolvió todos los problemas por ellos?, ¿Cómo podrá superar a sus padres si no fueron entrenados para vivir sin ellos?

Muchos padres podemos dar una mirada a tras y nos damos cuenta que nuestra tarea de formar a los hijos no fue la mejor. Quizás faltó tiempo para compartir con ellos, quizás no logramos desarrollar por completo el potencial de nuestros hijos. Tal vez creíamos que estábamos haciendo bien nuestro papel de padres, pero los resultados al final de la crianza nos muestran que algo falló.

Cuando entendamos que somo débiles, que nos falta sabiduría y que no tenemos todas las herramientas necesarias para formar a nuestros hijos, entonces estaremos listos para recibir la ayuda de parte de Dios en esta tarea.

Dice la Biblia en Salmos 127:3 «He aquí, herencia de Jehová son los hijos». Este pasaje nos ayuda a entender, que los hijos no son de nuestra propiedad; son una herencia, son vidas que Dios nos encomendó y por las cuales nos pedirá cuentas algún día. Si el Señor es el verdadero Padre de nuestros hijos, ¿quién más sino Él para enseñarnos a educarlos y guiarlos hacia su verdad y propósitos?

Te invito entonces a dar un vistazo a Las Escrituras, revisando detenidamente nuestra tarea de administrar «La Herencia» que Dios nos ha dado:

La tarea de enseñar.

Proverbios 22:6 «Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él».

Isaías 54:13 «Todos tus hijos serán enseñados por el Señor; y se multiplicará la paz de tus hijos».

Deuteronomio 6:6,7 «Estas palabras que Yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes».

Deuteronomio 11:18,19 «Pondréis estas Mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma. […] Las enseñaréis a vuestros hijos».

Isaías 38:19b «El padre hará notoria Tu verdad a los hijos».

Joel 1:3 «De esto contaréis a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación».

2 Timoteo 3:15 «Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús».

Salmo 34:11 «Venid, hijos, oídme; el temor [la veneración] del Señor os enseñaré».

Salmo 78:1,6 «Escucha, pueblo Mío, Mi ley; inclinad vuestro oído a las Palabras de Mi boca. […] Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos».

Salmo 78:6,7 «Para que […] sepa [las Palabras de Dios] la generación venidera […]; y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, a fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios; que guarden Sus mandamientos».

2 Timoteo 3:15 «Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús».

Proverbios 8:32,33 «Hijos, oídme, y bienaventurados los que guardan Mis caminos. Atended el consejo, y sed sabios, y no lo menospreciéis».

La responsabilidad de corregir.

Proverbios 13:24 «El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige».

Proverbios 19:18 «Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza».

Proverbios 22:15 «La necedad está ligada en el corazón del muchacho; más la vara de la corrección la alejará de él».

Proverbios 23:13 «No rehúses corregir al muchacho».

Proverbios 29:15 «La vara y la corrección dan sabiduría, Mas el niño consentido (dejado a sus caprichos) avergonzará a su madre».

Proverbios 29:17 «Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará alegría a tu alma».

La obligación de amar a los hijos.

Efesios 6:4 «Padres, no hagan enojar a sus hijos, sino más bien críenlos con disciplina e instrúyanlos en el amor del Señor».

Colosenses 3:21 «Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten».

1 Tesalonicenses 2:7 «Fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos».

Tito 2:4 «Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos».

1 Tesalonicenses 2:11 «Como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros».

Enseñarles el camino de Dios.

Josué 8:35 «No hubo palabra alguna de todo cuanto mandó Moisés, que Josué no hiciese leer delante de toda la congregación de Israel, y de las mujeres, de los niños, y de los extranjeros que moraban entre ellos».

2 Crónicas 20:13 «Todo Judá estaba en pie delante del Señor, con sus niños y sus mujeres y sus hijos».

Joel 2:12,16 «Dice el Señor, convertíos a Mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. […] Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que maman, salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia».

Enseñarles a obedecer.

Proverbios 1:8 «Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre».

Efesios 6:1 «Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo».

Colosenses 3:20 «Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor».

Éxodo 20:12 «Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor tu Dios te da».

Levítico 19:3 «Cada uno temerá a su madre y a su padre».

Efesios 6:2 «Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa».

Proverbios 23:22 «Oye a tu padre, a aquel que te engendró; y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies».

Proverbios 20:20 «Al que maldice a su padre o a su madre, se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa».

Advertencia por no hacer bien la tarea.

1 Samuel 3:13 «Yo juzgaré la casa de Elí para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado».

Proverbios 19:26 «El que roba a su padre y ahuyenta a su madre, es hijo que causa vergüenza y acarrea oprobio».

Proverbios 29:15 «El niño dejado a sus caprichos es vergüenza de su madre».

Beneficios de guiar a los hijos de la mano de Dios.

Mateo 18:5 «Cualquiera que reciba en Mi nombre a un niño como este, a Mí me recibe».

Salmo 127:4,5 «Como flechas en manos del guerrero son los hijos de la juventud. Feliz el hombre que con tales flechas ha llenado su aljaba, pues no quedará avergonzado al litigar en la puerta de la ciudad con su enemigo».

Isaías 8:18 «He aquí, yo y los hijos que me dio el Señor somos por señales y presagios en Israel, de parte del Señor de los ejércitos, que mora en el monte de Sion».

Dios es perfecto, por lo tanto no se equivoca en sus enseñanzas. Él tiene un propósito para cada uno de nuestros hijos y espera que tu y yo los instruyamos en su camino para que ellos realmente triunfen en la vida y puedan alcanzar la felicidad que solo Dios podrá darles.

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