La atleta que ganó la carrera a pesar de tropezar en la última vuelta.

En las redes sociales circuló un video de una joven atleta. Ella es Heather Dorniden, quien estaba liderando la carrera femenina de 600 metros. Pero faltándole solamente una vuelta para terminar la competencia, sufrió un tropezón y cayó en último lugar, pues sus rivales pasaron de largo, directo hacia la meta.

 Se trataba de la final de un campeonato universitario en el que participaban algunos de los mejores corredores de EE.UU. Era una carrera considerada muy importante para el futuro deportivo de Heather, quien estando segura de su potencial y apelando a una voluntad decidida pudo recomponerse y ganar la carrera de forma increíble. Actualmente es reconocida como una de las mejores atletas del mundo. El coraje de haber continuado la carrera a pesar de tropezar y quedar de última, para luego vencer a sus rivales y ganar, quedará inscrito en la historia del deporte.

La historia de esta chica nos muestra su valentía, su esfuerzo y confianza de ser capaz a pesar de los obstáculos, ella podría rendirse y retirarse para que la chequearan de su estado físico como suele suceder en otras competencias, pero fue todo lo contrario.

 A si mismo esta circunstancia nos puede suceder en algún momento de la vida. Rendirse es muy común en el ser humano; existe ocasiones cuando deseamos bajar los brazos, no hacer más nada y dejarnos llevar por la corriente o tomar la decisión de descansar. Si tomamos la decisión de No rendirnos, a pesar de los momentos difíciles, nuestra situación podría cambiar porque al decir: ¡Soy capaz, o No me voy a rendir! significa luchar, no dejarse abatir por la situación, seguir de pie aunque estemos heridos y continuar hasta doblegar aquello que nos aflige.

Sobreponerse a un fracaso, a una ingratitud, a una enfermedad o a cualquier adversidad, es duro, pero vale el esfuerzo hacerlo, pues con ello nos damos cuenta que dentro de nosotros existe un potencial que nos fue dado para que seamos vencedores, y aún más cuando Cristo está en nuestras vidas, este potencial ha sido maximizado de tal manera que somos más que vencedores.

“No triunfa quien no tuvo momentos difíciles. Triunfa el aquel que pasó por ellos. Lucho y venció porque confió en Dios para triunfar”. Anónimo.

 No temáis; estad firmes y ved la salvación que el SEÑOR hará hoy por vosotros; porque los egipcios a quienes habéis visto hoy, no los volveréis a ver jamás. Éxodo 14:13 RVR (1960)