«Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, Seremos como los que sueñan.2 Entonces nuestra boca se llenará de risa, Y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.3 Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; Estaremos alegres. 4 Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová, Como los arroyos del Neguev.5 Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.6 Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.» Salmo 126.
Muchas veces nos vemos enfrentados a situaciones difíciles, tristes, des obligantes que nos generan dudas e incitan a enojarnos con nuestro Señor por no entender su proceder, creemos que Dios se ha olvidado de nosotros y que no ha escuchado nuestra oración.
Hace poco viví algo parecido con la muerte del hijo de una amiga de la familia, un niño de tan solo 12 años que murió seis días después de golpearse su cadera en el colegio que luego se convirtió en una infección bacteriana. Me sentí frustrado al pensar que Dios no escucho nuestras oraciones, pero finalmente en la noche, en la intimidad de mi cuarto, El Señor me respondió: Soy soberano, sé que estas triste pero era lo mejor. Estas palabras vinieron a mí de parte del Señor por medio del Salmo 126.
Este salmo fue escrito por los cautivos en babilonia, eran días tristes para el pueblo de Dios, pero a pesar de su cautiverio, a pesar de todo lo que habían perdido, no dejaban de soñar con días mejores, no dejaron de creer que días de alegría vendrían para sus vidas.
Nosotros como pueblo de Dios igualmente tendremos días tristes, posiblemente en este preciso momento estamos pasando por días difíciles en nuestra vida o en nuestra familia.
En el salmo 126 podemos encontrar preciosos consejos de cómo podemos enfrentar los días tristes de nuestra vida.
PRIMER CONSEJO: Liberémonos de lo que nos tiene cautivo (vs 1).
El pueblo de Israel sabía que para volver a soñar lo que necesitaban era volver de su cautividad.
Muchos de nosotros estamos cautivos de sentimientos negativos, estamos cautivos de resentimiento, cautivos de amargura, cautivos por el enojo y de esa manera no podemos salir de nuestra tristeza.
SEGUNDO CONSEJO: En días tristes recordemos todo lo que Dios ha hecho por nosotros en el pasado (vs 2-3).
El pueblo de Dios estaba cautivo, pero nunca dejo de creer que algún día su boca se volvería a llenar de risa.
¿Cómo podemos tener esa esperanza? La respuesta es por lo que nuestro Dios ha hecho anteriormente con nosotros, por eso podemos decir con toda confianza: ¡estaremos alegres! aunque ahora nos toque llorar, estaremos alegres.
TERCER CONSEJO: Ten paciencia, dale tiempo a Dios (vs 5).
¿Que hay entre la siembra y la cosecha? La respuesta es «tiempo» quizás hoy estés triste y estas sembrando oraciones, estas sembrando semillas de fe, ahora lo único que resta es confiar y esperar. (Salmo 27:14)
CUARTO CONSEJO: Llora pero no dejes de caminar (salmo 126:6).
El versículo nos dice algo que tenemos que tomar muy en cuenta: irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla…
En los días tristes no te olvides que la vida continua, tu familia te necesita y Dios está contigo.