En el libro de proverbios encontramos excelentes consejos en cuanto a la conducta sabia, a la justicia, al juicio y a la equidad… En otras palabras: La sabiduría para el recto vivir.
En proverbios 4:23, se nos enseña: Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón. Lucas 6:45 nos lo confirma y nos dice: El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno y el hombre malo del mal tesoro de su corazón… saca lo malo. Porque de la abundancia del corazón, habla la boca. Entonces, como centro der humano, el corazón es quien determina tu conducta, y este debe ser cambiado.
La pregunta es. ¿Por qué debe ser cambiado nuestro corazón?
Cuando Adán y Eva pecaron y por ende fueron separados de Dios, esta decisión nos afectó a todos, hasta el día de hoy, ya que el corazón se llenó de maldad, jeremías nos lo aclara en el capítulo 17:9 Engañoso es el corazón, más que todas las cosas.
Jesús lo confirma cuando dijo, que lo que contamina a una persona delante del padre, no es dejar de observar alguna ley ceremonial, sino la disposición de hacer caso a las inclinaciones impías, albergadas en el corazón. Tales como los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los odios, los rencores, etc… Cuando el corazón es propenso a hacer lo malo, se endurece, el ej. Bíblico, es el corazón del faraón, en el relato bíblico.
La solución para el corazón endurecido, es un corazón regenerado… arrepentirse de los pecados y volverse a Dios y poner nuestra fe en él. La regeneración es necesaria, porque separados de Cristo, las personas en su naturaleza humana son pecadoras e incapaces de obedecer a Dios. Salmo 51:5 he aquí en maldad he sido forado y en pecado, me concibió mi madre.
Entonces que pasa en el corazón de los que experimentan el nacimiento espiritual. Dios crea en ellos un deseo de amarle y obedecerle, de verdad.
Finalizamos con el salmo 19:14 sean gratos los dichos de mi boca, y la meditación de mi corazón delante de ti oh Jehová, roca mía y redentor mío.
La pregunta es, ¿Cómo está tu corazón?