Sin duda alguna Jesús ha sido el personaje más importante de la historia. Nadie hizo las obras que el hizo. Ningún otro personaje causo tanto impacto en la sociedad como ÉL lo hizo. Ningún otro orador habló con tanta elocuencia, transformando millones de vidas a lo largo de la historia con sus palabras.
No empuño armas, no movilizó ejércitos, no hirió a otros, sin embargo es el precursor de la más grande revolución de todos los tiempos. Nadie más entregó su vida y derramó hasta la última gota de su sangre para que tu y yo pudiéramos ser perdonados.
Ninguna otra persona ha demostrado tanto amor como ÉL lo hizo. Sin duda alguna fue la persona más admirable y fascinante de su época. Sin embargo no todas las personas pensaron lo mismo de ÉL.
Unos se entregaron por completo a ÉL y rindieron sus vidas por su causa. Otros elogiaron sus discursos y hasta reconocieron su sabiduría, pero no siguieron su camino. Algunos simplemente no soportaban su mensaje y le dieron la espalda. Muchos llegaron a odiarlo.
Incluso hubo quien le siguió por muchos años pero al ver que no iba a cumplir sus deseos egoístas lo entregó a sus adversarios.
Tal ves te preguntes como un personaje tan importante no fue aceptado de inmediato por toda la sociedad. ¿Cómo es que alguien que dio tanto amor pudo llegar a ser odiado? La respuesta está a tu alrededor, e incluso esta dentro de ti.
Jesús sigue siendo el personaje más importante que existe. ÉL sigue dando amor como lo hizo cuando estuvo en esta tierra. Sus palabras siguen transformando vidas, hogares y comunidades. ÉL continua haciendo los milagros que hizo cuando andaba entre humanos.
Aun así, hay quienes le siguen odiando. Aún hoy hay millones y millones que le admiran pero no pasan de ser simpatizantes. Todavía hay muchos que lo buscan pensando solo en sus intereses personales y egoístas, pero le darán la espalda cuando venga la adversidad.
En esta época al igual que en la suya, los verdaderos discípulos de Jesús siguen siendo pocos. Alguna vez ÉL enseñó lo que costaría ser un verdadero discípulo suyo:
“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Juan 8:31-32
No es fácil ser discípulo de Cristo, pero creemos que es el Mejor camino que el ser humano puede tomar.