¿Qué es el amor?

Cuánto se ha cambiado hoy en día el concepto del Amor. Se vive en un mundo que se dirige cada vez más al caos, sediento de paz, armonía y felicidad. Un mundo acelerado, afanado, sufriente y sin esperanza. Quizás, como consecuencia de este panorama, el Amor ha dejado de ser lo que realmente es. «Obras son amores y no buenas razones»… dicen por ahí. Y es cierto. Pero, ¿De qué obras está hablando hoy en día la humanidad??? ¿Cómo está demostrando su amor hacia los demás? En su afán por cambiar al mundo y demostrar su amor, la humanidad ha dejado de lado dos elementos primordiales en el verdadero Amor como lo son la disciplina y la corrección.

Se cree que se ama si se toleran gustos, aceptan deseos, promueven caprichos, vicios y hasta desviaciones en los demás. Haciéndolo de esta manera, obviamente, no se tienen enemigos sino adeptos y de esta forma se cree «supuestamente» que se está verdaderamente amando. Sin embargo, lo que se viene olvidando y descuidando es que al aceptarlos sin corrección se está contribuyendo, no a su salvación ni realización sino, a su condenación y fracaso. Se está olvidando de que el hombre NO ha sido creado para satisfacer las cosas del mundo sino para agradar a Aquél que entregó su vida misma para que hoy tú y yo vivamos para El.

¡Cuán lejos nos hemos alejado del verdadero amor!

«Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquél que en él cree no se pierda más tenga vida eterna». Juan 3:16.

Si realmente amas a tus seres queridos, hijos, amigos y conocidos preocúpate no por caerles bien y que sean tus seguidores en este mundo sino más bien por corregirlos y disciplinarlos Para ello tendrás que asegurarte de que así como tú ya tienes el pasaporte celestial , así mismo, ellos lo puedan adquirir. Cómo? Compartiéndoles del Amor de Dios en Cristo Jesús, nuestro pasaporte al cielo. La mejor demostración de amor que les puedes hacer es regalarle a Cristo en sus corazones.

Y si para ello tienes que corregirlos y disciplinarlos, aunque te griten que no los amas, aunque pierdas popularidad y te quedes sin su afecto… Hazlo! Cuando se encuentren todos juntos en el cielo, te lo agradecerán eternamente.

«Porque el Señor al que ama disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo». Hebreos 12:6.