La Biblia nos enseña a orar.

La Biblia está llena de grandes ejemplos de oraciones poderosas y de respuestas milagrosas, que nos muestran que Dios es Todopoderoso y que para él no hay nada imposible. La Biblia nos muestra personas que pasaron por problemas muy difíciles que pueden ser similares a los que podríamos pasar actualmente, oraron y obtuvieron respuesta a sus peticiones aunque parecían imposibles.

La palabra oración es muy amplia, y si hablo de oración de fe, estoy hablando de la oración cuya respuesta parece imposible desde el punto de vista humano. «Él (Jesús) les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios». (Lucas 18:27)

Muchas oraciones no son contestadas porque no pedimos como Dios desea que lo hagamos, por lo que hay que tener en cuenta las siguientes apreciaciones:

Conocer a Dios (Jeremías 9: 23-24), (Hebreos 11: 6, 12: 2).

Permanecer en su palabra (Juan 15: 7)
Tener fe. (Marcos 9: 23-24); (Lucas 5: 1-8)
Perseverar en la oración sin desmayar (Lucas 18: 1-8)
Apropiarse de las promesas de Dios (Mateo 21: 22)

Confrontar con la Biblia si lo que pido, no choca con la voluntad de Dios. De qué manera mi petición ayuda a establecer el reino de Dios (Mateo 6: 33)
Orar en el nombre de Jesús (Juan 14: 12-14)

Respuestas a la oración en la Biblia:

Jacob ora y el ángel de Jehová concede su petición, la amenaza de muerte de su hermano Esaú se cambió en amor fraternal. (Génesis 32:23-32; Génesis 33:1- 4).

Ana, la madre del profeta Samuel ora y siendo mujer estéril, concibe cinco hijos como respuesta de Dios a su oración (1 Samuel 1:10-11; 2 Samuel 2:21).

El siervo de Abraham ora y aparece Rebeca, futura esposa de Isaac. (Génesis 24:2-20).

El rey Josafat ora y Dios impide que el pueblo de Israel sea invadido y destruido por los moabitas (2 Crónicas 20:6-25).

El profeta Elías ora y aparece una pequeña nube y pronto se desata una gran lluvia, después de tres años sin llover (1 Reyes 18:42-46).

La iglesia ora y el apóstol Pedro sale libre de la cárcel milagrosamente. (Hechos 12:5-19).

El creyente no debe dudar o pensar que Dios no tiene el suficiente poder para realizarlo. Es posible que el rey David no supiera cómo iba a derribar al gigante Goliat pero si tenía muy claro que con el poder de Dios lo iba a matar, se lo comunicó a Goliat y así sucedió.

Padre Amado, en tus manos y en el nombre del Señor Jesucristo, dejo mi petición con la confianza que tu harás, Tú lo has dicho: «Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará». Amén.